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Un gran número de estudiantes viaja a otras ciudades (principalmente Madrid) para realizar los estudios universitarios o alguna especialidad relacionada con cursos de postgrado, másters, etc.
En este proceso una de las decisiones más importantes es la relacionada con dónde alojarse, dónde pasar el día a día de manera que se pueda tanto convivir con otros estudiantes, como también acudir a clases y también estudiar en un espacio adecuado.
Dos de los lugares más escogidos en este ámbito son los colegios mayores y las residencias universitarias. No son lo mismo, pese a que muchas personas los confunden.
Valores añadidos al alojamiento y la manutención
En ambos casos (residencias y colegios mayores) se asegura al estudiante los servicios básicos de alojamiento y manutención. La propia Wikipedia reconoce así que los servicios de lavandería y biblioteca son casi igual de imprescindibles que los anteriores.
Pero un colegio mayor suma a la ecuación valores añadidos, principalmente establecidos en torno a servicios complementarios. No se trata de una oferta lúdica de actividades, sino de servicios deportivos, culturales o académicos, que pueden reforzar tanto los estudios realizados por los estudiantes que se alojan allí, como también mejorar la experiencia de convivir con otros alumnos de edades similares durante tanto tiempo.
Aportes religiosos e ideológicos
Otra importante diferencia entre colegio mayor y residencia, es que una residencia no transmite valores en sí misma. Tiene un diseño arquitectónico, una filosofía de trabajo, pero no se vincula con creencias religiosas, corrientes filosóficas o tendencias ideológicas.
En el caso de un colegio mayor sí se aporta alguno o varios de estos factores. Para algunos estudiantes puede no ser importante, mientras que para otros constituirá un valor diferencial tan vital, que supondrá zanjar la decisión tan importante de dónde alojarse, casi de forma inmediata.