Pompeya

La historia de la violenta erupción del volcán Vesubio que convirtió en ruinas y ceniza a la ciudad de Pompeya, ha sido, y seguramente lo seguirá siendo, un recurso muy utilizado en el sector cinematográfico. El último ejemplo lo encontramos en la película que analizamos en esta publicación: ‘Pompeya’, del director Paul W.S. Anderson.

Con un presupuesto de alrededor de 100 millones de dólares ‘Pompeya’ prometía ser una gran producción acerca del desastre acontecido en la ciudad romana de Pompeya. Pues bien, el resultado quizá no sea todo lo espectacular que cabría esperar de un proyecto tan ambicioso. De hecho, en Estados Unidos la cinta solo consiguió recaudar 23 millones de dólares; unos datos que seguro no contentaron a sus productores.

La película nos sumerge en la historia de Milo, un esclavo de origen celta que es enviado a Pompeya para luchar como gladiador. Allí conoce a Casia, la hermosa hija de un rico mercader. El amor pronto surge entre ambos, así como también los obstáculos: el primero, el matrimonio concertado entre Casia y el mismo senador romano que participó en la muerte de la familia de Milo; el segundo, la erupción del volcán y la carrera por escapar de una ciudad condenada a la destrucción.

En el papel de Milo encontramos a Kit Harington, conocido por su papel de Jon Nieve en ‘Juego de Tronos’. En la cinta lo podemos ver haciendo honor a su fama de actor inexpresivo, acompañado por una Emily Browning en el papel de Casia que tampoco es que esté muy acertada en esta ocasión. Completando el cartel tenemos a Kiefer Sutherland, realizando un correcto pero no brillante trabajo como el villano de esta película, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Jessica Lucas y Jared Harris.

Quien busque rigor histórico en esta película no lo va a encontrar. Ahora bien, aquellos que deseen pasar un buen rato con una cinta de acción palomitera puede que encuentren en ‘Pompeya’ una buena alternativa, pues otra cosa no, pero como espectáculo audiovisual la película cubre bastante bien las expectativas.