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Aquellas tardes de cine de Barrio (El Orfanato)

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Era el 2000, en Granada, un sábado a las 6 de la tarde en el centro comercial Neptuno. 2000 salas de cine.

Podría ser un anuncio del estreno de una peli o algo importante. Pero ni de lejos. Ahí estaba yo, con mi madre y mi hermana (23 años) en una cola en la que parecía que, más que haber una taquilla para sacar las entradas de cine, nos íbamos a encontrar a David Bisbal firmando discos.

Hacía tiempo que no me embutía en una cola, y mucho menos en esta que rebosaba acné y olor a fresa y gominola. Nuestra intención era ver El Orfanato. Nuestra esperanza: que realmente estuviera Bisbal para entretener a tanta muchachada. Nuestro consuelo: que era una película para mayores de 18 años. Y nuestra sorpresa… que la sala estaba abarrotada de niñ@s sin acompañar, para ver una película calificada de “terror”.

Descripción y breve reseña de un entorno hostil: móviles sonando, bolsas de plástico duro gritando mientras las retorcían sus “dueñ@s”, la que ocupaba la butaca de mi vieja (mamá)…que decía que se sentaba ahí porque quería, aunque fuesen numeradas, las 8 niñas de atrás compartiendo estridencia en las risotadas que expelían por sus almibaradas bocas humeantes de azúcar, los 7 niños de delante que se pasaban el móvil de uno a otro como si lo compartieran… ESTO ANTES DE QUE SE APAGARAN LAS LUCES.

Por fin se apagan y uno piensa: ahora todo recuperará el aspecto de una sala de cine… Pues no. El mismo tono, las mismas risas…y sin tráiler, directos a la proyección. A los 5 minutos de mandarse callar los unos a los otros con los molestos ssshshhhhhhh!!!, mi madre nos sorprende a todos con un hachazo verbal a las niñas de detrás…¿vais a hacer el favor de callaros de una puta vez para que podamos ver la película?… yo que me levanto y miro con cara de perro…risas a lo lejos…murmuraciones ahora más silenciosas, por toda la sala.

Por supuesto, tarea imposible. El esfuerzo de autocontrol que tuve que realizar, así, sin paracaídas, sin duda evitó que saltase por encima de las butacas, estilo Roberto Benigni, liándome a botellazos con toda la sala. Esto nos libró sin duda, de acaparar las portadas en la sección de sucesos, con alguna mala noticia: “Tragedia y terror en El Orfanato”. Por cierto, para todos aquellos que no la hayáis visto y queráis ver una película para ver en pareja, os la recomiendo porque está muy bien y lo vais a pasar mal.