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Esta extraña tradición, que se remonta a mediados del siglo XIX, donde en su origen formaba parte de una serie de actos festivos que tenían por objeto la conmemoración de de la llegada del verano. Con el paso del tiempo este festival fue reduciendo sus actos hasta quedar un único evento: el cheese-rolling, que se celebra el último lunes de mayo en varios puntos de la geografía inglesa, si bien es cierto que, de entre todos, el Festival del Queso Rodante de la colina de Cooper, en el condado de Gloucestershire, es el más famoso.
El origen de esta extraña tradición es todavía incierto, aunque todos asumen que este evento es de carácter pagano y nace en Inglaterra.
La carrera de Cooper’s Hill es un compendio de golpes, torceduras y fracturas, fruto de una pendiente tan empinada que es posible alcanzar velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora, convirtiendo a los participantes en verdaderos proyectiles capaces de causar daño a cualquiera que se cruce en su camino.
En cuanto al queso siempre se usa el mismo tipo, un doble queso Gloucester cuyo peso ronda los tres kilos y que es suministrado por la artesanía local.
Existen varias categorías de competición, algunas cuesta abajo, otras cuesta arriba, otra para mujeres, y otra cuesta arriba para niños. El premio para el ganador es siempre el mismo en todas ellas: el enorme queso.
Como consecuencia de las características de esta carrera el personal sanitario tiene una presencia destacada en el evento. Los síntomas más frecuentes son los de traumatismos, luxaciones, rozaduras y fracturas. Pocos son los participantes que salen indemnes de este frenético descenso, pero todos ellos reconocen que cualquier lesión o golpe es necesario si lo que se pretende es alzarse con el preciado trofeo y conseguir el reconocimiento del público asistente.