En el panorama hollywoodiense actual se agradece la llegada de películas como ‘Corazones de acero’, una cinta que pese a no estar exenta de ciertos elementos propios del blockbuster, se sale en determinados aspectos de lo convencional para ofrecer un resultado más que aceptable. Uno podría pensar al ver a estrellas como Brad Pitt y Shia LaBeouf en el cartel que se trata de una película bélica con poco más que escenas de combate y diálogos de hermanamiento entre sus personajes. Sin embargo, ‘Corazones de Acero’ (‘Fury’ en la versión original), tiene de eso y algo más.
David Ayer, director de esta película, opta por un tono visual más clásico, utilizando recursos que ya se empezaban a echar de menos en el género. Por ejemplo, utilizar los diálogos para resaltar las atrocidades de la guerra en lugar de recurrir a la imagen. Es cierto que hay imágenes de este tipo, pero Ayer también deja espacio para que la imaginación del espectador trabaje.
‘Corazones de acero’ nos sumerge en el interior del tanque ‘Fury’, donde conoceremos a sus integrantes y a su penosa rutina en medio de una guerra que parece próxima a acabar pero que sigue mostrando su crudeza en todo su esplendor. Los personajes de la cinta están claramente definidos, hasta el punto que resultan tan esquemáticos que quizá la película pierda la oportunidad de generar un mayor impacto dramático en el espectador.
En el apartado técnico no hay nada que reprochar a la cinta, pues las escenas de combate lucen espectacularmente bien. Ello, junto con una banda sonora realmente excepcional, convierten a la película en un agradable espectáculo audiovisual.
Las interpretaciones son bastante correctas y el guión, aunque quizá desaprovechado, cumple perfectamente con las expectativas. Por otro lado, las escenas de combate, aunque espectaculares, no ocupan un gran espacio en el metraje, convirtiendo a ‘Corazones de acero’ en una película apta tanto para los amantes del género bélico como para los que no lo sean tanto.